En recuerdo de Paco Nuñez de Prado
“Nuñez de Prado, el primer AOVE de alta gama de Andalucía.
El pasado día 8 de diciembre tuvimos conocimiento de fallecimiento de D. Francisco Nuñez de Prado, un pionero, junto a sus hermanos, en la elaboración y exportación de aceites de oliva de alta gama, de la agricultura ecológica y del oleo turismo.
Fue un visionario, culto, educado, humilde y generoso, que contribuyó extraordinariamente a la proyección internacional de los aceites de oliva de España. La histórica almazara Nuñez de Prado, en Baena, es probablemente una de las más fotografiadas y filmadas del mundo.
Conocí a Paco Nuñez de Prado hace más de 30 años cuando estaba al frente del departamento de agroalimentarios transformados del ICEX, vino a visitarnos buscando apoyo institucional para exportar su excelente “flor de aceite” DO Baena, el primer aceite gourmet andaluz del que tengo memoria.
El producto, un AOVE temprano plurivarietal de cultivo ecológico, estaba envasado en una típica frasca madrileña de vidrio transparente, con tapón de corcho lacrado; la etiqueta numerada colgaba como librillo anudado cuello de la botella. Todo el proceso de etiquetado se realizaba a mano.
Era un diseño sencillo y rustico, pero muy diferenciador. En poco tiempo, gracias a la incansable labor comercial de Paco y, evidentemente, a la gran calidad del producto, Nuñez de Prado se hizo un hueco, para orgullo de todos, en reconocidas tiendas gourmet de grandes capitales de mundo.
Tras mi salida del ICEX en 1992, trabajé durante años como asesor de la asociación de exportadores, ASOLIVA, quien con apoyo del ICEX llevaba a cabo la promoción genérica de los aceites de oliva de España. Nuñez de Prado era entonces uno de los principales estandartes del segmento gourmet, y su almazara, un “centro neurálgico” de las actividades de promoción en Andalucía.
En inumerables ocasiones, en aquellos años, acompañé a descubrir Nuñez de Prado a periodistas especializados y canales de TV de los más diversos países, especialmente durante los meses de campaña.
Paco ejercía de perfecto anfitrión y les hacía visitar el olivar, recorrer las dependencias de la histórica almazara y presenciar en el antiguo molino la extracción, ya en desuso, del aceite al modo tradicional-molienda con rulos de piedra, recolección por gravedad de la “flor del aceite” y el prensado hidráulico de la pasta,-la jornada concluía con un almuerzo.
La comida era precedida de un esplendido aperitivo, donde el AOVE, ¡cómo no!, era el gran protagonista. Nunca faltaban unos buenos langostinos, que Paco gustaba presentar como “una perfecta excusa para saborear la mahonesa” elaborada, claro está, con el aceite de la casa.
Perdemos con su marcha a un gran adalid del buen aceite, a un caballero y a una gran persona. Si no han visitado todavía la almazara de Nuñez de Prado, no dejen de hacerlo cuando pasen por Baena. Su espíritu permanecerá allí, entre las tinajas de la antigua bodega, la maquinaria de hierro fundido, los rulos de piedra y las flores del patio.